18.9.11

Cuentos de terror al este del Pichi Leufu

Los chicos del tercer ciclo siguieron trabajando en la redacción de cuentos. Esta vez, atrapados por el género del terror profundizaron sus conocimientos en: características, personajes y núcleos narrativos.   Queremos compartir las producciones ambientadas "al este del Pichi Leufu". Entrando en el blog del tercer ciclo podrán leer todos los cuentos.

LA SILUETA

Ya atardecía. En una piedra a orillas del río Pichi Leufu se hallaba sentada una silueta muy oscura y extraña. Pasaban las horas y la silueta seguía inmóvil. La luna ya estaba alta. De pronto se escuchó un ruido de piedras. La extraña figura se paró de inmediato y se ocultó en una pequeña cueva que había allí cerca.
Un hombre a caballo se dirigía a su casa, que quedaba cerca de ese lugar. La sombra lo siguió. El hombre presintió que lo seguía alguien y se dio vuelta pero no vio nada, cuando miró nuevamente hacia el frente vio el horrendo y destrozado rostro de la silueta, gritó muy fuerte y galopó hasta su casa.
Al llegar le contó a su mujer y ella no le creyó, enseguida fue a ver a su hijo que estaba en el cuarto. Se acercó a la cuna pero el bebé no se encontraba. La horrible sombra se lo había llevado.
El hombre y su mujer lo buscaron desesperadamente toda la noche; pero  no habían ido a la oscura y tenebrosa cueva que estaba cerca del río, donde la silueta se ocultaba.
El hombre desesperado por encontrar a su hijo quiso entrar a la cueva para ver si se encontraba ahí. Entró con una linterna porque no se veía nada.
La mujer, al ver que su esposo tardaba, fue en busca de él; pero cuando lo encontró estaba ahorcado y su bebé estaba en una cuna de plata. De repente apareció la silueta, agarró al niño y salió corriendo. La mujer fue detrás de ella gritando que le devuelva a su hijo. Después de una larga persecución llegaron a una roca alta, cerca del río.  La mujer acorraló a la sombra en el extremo de la piedra. La silueta sin dudar se tiró al precipicio y ambos desaparecieron.
Desde entonces la mujer todas las tardes se queda sentada  en esa roca, esperando que su hijo regrese.

Tamara Pallaleu
Brisa Argel

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